domingo, 29 de junio de 2014

San Tren Ligero y sus oportunistas

La cúpula priista en el poder -federal, estatal y municipal- sostiene que cuestionar de cualquier manera el proyecto de la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano es estar en contra de los intereses de la sociedad y el progreso.
Es urgente ampliar el Tren Ligero. De hecho, es una de las grandes deudas de los gobiernos panistas, que ni un sólo metro agregaron al mejor transporte público de la zona metropolitana. Pero eso no significa que se debe dar cheque en blanco a los gobiernos para que hagan lo que quieran con el proyecto.
El impacto social es, sin duda, lo más preocupante. Un paso elevado -aunque ya exista en el Metro de la Ciudad de México- es, irremediablemente, escenario de decadencia social. Se justifica por completo la preocupación de los vecinos que, así fuera uno sólo, no deben ser perjudicados, aún por el beneficio social de "miles". Si las cosas se pueden hacer bien, no son necesarios los sacrificios.
Ahora, si son inevitables son los pasos elevados del tren, ¿dónde está el proyecto de la autoridad para evitar el impacto social? ¿Cómo se impedirá que esos espacios se conviertan en nidos de delincuencia y decadencia? No lo sabemos. Como tampoco sabemos cuál será el impacto ambiental. Es ingenuo pensar que una obra de esa envergadura se puede hacer sin cortar un sólo árbol. Pero la autoridad promete 30 por cada árbol cortado. ¿Dónde piensan meterlos? ¿En dónde está el proyecto de reforestación? Tampoco lo sabemos.
No se trata de hacer el caldo gordo a la oposición oportunista, que ahora llora el ecocidio en los reflectores -¿y todos los árboles tirados en la Barranca de Huentitán? no son relevantes para la polaca gobernadora u opositora-. Se trata de dar respuestas a la verdadera sociedad civil sobre un proyecto que, sí, es urgente para Guadalajara, pero no en la impunidad.

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